miércoles, 10 de noviembre de 2010

"La Mesa Herida", la muestra del corazón partido de Frida Kahlo.

"La Mesa Herida". 1940
Autor: Frida Kalho (Coyoacán - México, 1907 - 1954).

Quiero hablar de esta obra por dos razones fundamentales. De un lado, porque me encanta la pintura de Frida Kalho, creo que es un "gusto heredado", a mi abuelo le encantaba, le llamaba la atención que ella fuera tan revolucionaria y "brusca" en su modo de expresión, y aunque lo mismo considero yo, lo que más me gusta de las obras de Frida son los colores vivos que maneja siempre; los cuales considero usa también por influencia de su esposo y amor eterno Diego Rivera, quien fue un modelo de referencia desde la adolescencia (incluso sin haberse conocido) para esta pintora mexicana.

De otro lado, este es un cuadro que no ha sido popularizado, porque muchas de las obras de Frida han dado de que hablar, se conocen varias, se refieren otras tantas, pero de "La Mesa Herida" pocas personas se han atrevido a divulgar, o al menos a volverla popular.

Así, esta obra tiene varias características importantes, que no se pueden obviar: es una de las expresiones artísticas más grandes que realizó Kalho, junto con "Las dos Fridas", pues cuenta con unas medidas de 122 x 244 cm. 

También se observa cómo la autora refleja su realidad en este cuadro, pues para la fecha estaba divorciándose de su esposo, y por eso hace una parodia del relato bíblico de "La última cena", pudiendo identificarse a Frida como si fuese Cristo en el centro de la mesa, y a su derecha también se encuentra un enorme Judas de "papier-mache" a su derecha que evidentemente representa a Diego, pues él le fue infiel con su hermana Cristina.  

Del mismo modo aparecen más personajes en "su escena": los dos hijos de Cristina, que los entiendo parte de la misma como si no supieran nada, reflejando la inocencia de la situación y el dolor que la misma le producía. 

De otro lado, está su mascota (el venado), y a su izquierda, el esqueleto sostiene un mechón de pelo de Frida, que es impactante porque puede entenderse como si la autora estuviera "jugando" con la muerte.  Del mismo modo se observa una escultura precolombina, pudiendo analizarse el elemento común en todas sus obras: destacar sus raíces mexicanas, y el orgullo que las mismas le generaban. 

Me impacta como es capaz de hacer sentir al espectador la desilusión y el sentimiento de traición, cómo con su pintura hace sentir su historia.

2 comentarios:

  1. Hola! en las entrevistas que le hicieron a Frida respecto a este cuadro, nunca mencionó que fuera una parodia de la "Última Cena" ya que ella nunca usó su pintura para parodiar nada, sino para transmitir lo que estaba viviendo. Efectivamente fue durante el periodo del divorcio y en donde según su Biografía (Hyden Herrera), los personajes: sus sobrinos, El granizo (cervatillo), un Judas, un ídolo precolombino y un esqueleto, acompañan a una Frida y cada uno tiene características de ella (el esqueleto con el pie derecho fracturado como ella). Están en una especie de juicio, en donde el mensaje es para Diego, en donde los personajes lo juzgan a él, pues fue quien solicitó el divorcio y no porque anduviera con Cristina, eso ya había terminado años antes, él quería libertad para seguir teniendo continuas amantes. La mesa simbolizaba la vida hogareña rota.

    ResponderEliminar
  2. Se busca arte perdido: razón, aquí
    La Tate de Londres presenta una revolucionaria muestra virtual
    La exposición rescata obras célebres robadas, quemadas o destruidas por sus creadores.
    http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/08/actualidad/1344454113_268395.html

    Una tarde de septiembre de 1925, montada en aquel tranvía que al descarrilar quedó clavado por siempre en sus entrañas, Frida Kahlo miró a la muerte de frente. Tiempo después, a sus simbólicos 33 años, la sentó con ella a la mesa. Era 1940 cuando la artista mexicana plasmó en La mesa herida una cascada de referencias sobre su sufrimiento.

    Sería o no la influencia de la parca acechando entre las pinceladas pero lo cierto es que, irónicamente, aquel enorme lienzo de 121,6 x 245,1 centímetros, el más grande que jamás realizara, se evaporó sin dejar huella. A dónde fue a parar continúa siendo un misterio. En 1946 la artista lo confió al embajador ruso en México y se sabe que después se mostró en Polonia, donde se encontraba en 1955. Hasta ahí alcanzan los anales. Como La mesa herida, centenares de obras del último siglo se encuentran desaparecidas. The gallery of lost art, una insólita exposición virtual organizada por la Tate londinense en colaboración con el canal de televisión Channel 4, hace acopio de documentación, imágenes, testimonios y documentos que perviven de 40 ejemplos de este arte en ausencia. Y como ellas, acabará por desvanecerse, cuando el 1 de julio de 2013 la página web se funda en negro.

    ResponderEliminar